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Frases, citas y enlaces.

Descubro a menudo que los niños tienen mucho más potencial del que nosotros creemos. Todo lo que tenemos que hacer es ayudar a darse cuenta que ya está en ellos ese potencial. Y les sitúa en el camino correcto. Necesitamos estar dispuestos a hablar su lenguaje, y transmitirles nuestros pensamientos, los cuales pueden ser abstractos o filosóficos pero precisos y palpables

En mi opinión, el primer encuentro de un niño con la música debería ser tal que despierte y estimule su fantasía, su mundo afectivo, sus sueños y quizás hasta su ambición. La vivencia musical debería comenzar con una emoción muy intensa (…). Ante todo debe encenderse algo que sea tan inextinguible, tan vivo y tan poco tangible que, a través de ello, algo comience a moverse hacia una elevada meta casi inalcanzable.

Europa debe dar una lección de civilización erradicando la violencia racista que padecen las minorías étnicas.

Todos los hombres son artistas.

No puede haber un arte auténtico que esté conforme con el hambre, con el racismo, las bombas y la tortura.

La música y las artes invitan a la participación y constituyen un antídoto contra los obstáculos a la armonía entre los hombres. Hacer música no es solamente tocar o cantar, es también escuchar. Al aprender desde su más tierna edad a escuchar al otro, el niño descubre lo que es la tolerancia.

Cuanto más pronto empezamos a reconocer y entender, más preguntas se suscitan y más nos alejamos de la certidumbre.

El flamenco es la música más conmovedora, trágica y desgarradora que conozco.

Enseñar no es rellenar de cosas, un saco vacío. El saco nunca está vacío. Tiene ya su propia vida. Y enseñar, consiste en compartir lo que uno sabe para permitir al que lleva el saco poder probar la vida de forma más rica, más diversa y más civilizada.

No somos dueños de nuestro cuerpo, de nuestra vida, de nuestros hijos, de nuestro país, del aire, del agua, de la tierra,…, somos tan solo sus privilegiados albaceas.

Comencemos con aquello que se encuentra en el dominio de nuestras posibilidades inmediatas(…), aboguemos por los principios de la convivencia, por la sinceridad y el respeto mutuo (en todas partes son los mismos) y por el coraje para defenderlos.

Reconciliar al mundo es demasiado ambicioso, pero al menos se puede formar a los niños para ser respetuosos hacia las diferencias, que son lo único que nos permite aprender: Si todos fuéramos iguales, no podríamos ofrecernos nada unos a otros. Por eso no debemos temernos, tener miedo nos vuelve enemigos. Nos ha de empujar la necesidad de realizar nuestros sueños, que constituye el por qué de la vida. No deberíamos estar gobernados por el miedo a cumplir nuestras pesadillas.

Como músico vivo aún, estoy en contra de la música en conserva. Naturalmente, no contra las impresiones musicales que la gente tiene ganas de escuchar, pero si contra la música almacenada que es impuesta porque alguien está convencido de que por este medio los individuos pueden ser convertidos en usuarios más dóciles, mejores, en ciudadanos más tranquilos, más fáciles de manejar.

Pensábamos que podíamos construir un mundo equilibrado con sustitutos e imitaciones falsas, incapaces de colmar simultáneamente los seres que somos, nuestras sociedades y nuestro porvenir. Y ya no sustitutos sino sustitutos de verdades. Aplacamos la sed con bebidas artificiales. Nuestras emociones y nuestros pensamientos carecen de canto, de música, de pasión culta. Carecen de corazón.

Una sociedad esta perdida cuando desde el curriculum escolar se descarta el cante y el baile, porque haciendo esto priva a los miembros de los elementos básicos para el crecimiento psíquico y moral de los niños. Definitivamente debemos retornar a lo natural, proceso continuo y acumulativo el cual caracteriza el crecimiento natural de los seres.

Sabes que pueden confiar en mí, como yo en ustedes, porque somos amigos y estamos motivados en general por el bien común, no solo por lo que está vivo, sino por lo que ha de nacer.

Sueño con la transformación de las fronteras, hasta que se conviertan en invisibles. Entonces, en vez de muros de acero, crearíamos zonas de encuentro mutuo entre las diversas poblaciones.

No hay nada sin familia y sin pueblo.

El racismo no existe en una clase de música. Los niños juegan juntos.

Cuanto más empezamos a reconocer y entender, más preguntas se suscitan y más nos apartamos de la certidumbre.

Sigo siendo deudor de la vida y la abrazo con mucha humildad y con todo mi agradecimiento.

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